10 beneficios que la lactancia materna proporciona

Fuente: blog.bebitus.com
Los primeros siete días del mes de agosto marcan una fecha muy especial: la Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMAM). Creada en 1948 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para incentivar la lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida del bebé, la Semana tiene un enfoque diferente cada año. En el 2018, el lema es «Lactancia materna: fundamento de la vida«.

Hay incontables estudios científicos que reafirman lo importante y beneficioso que es dar de lactar al bebé y, por eso mismo, mujeres de todo el mundo luchan por el derecho de amamantar en público. En Latinoamérica, cohibir la lactancia es una práctica considerada criminal o ilegal.

Para incentivar que las madres amamanten a sus pequeños sin ningún tipo de limitación, enumeramos 10 beneficios de la práctica – tanto para ellas, como para sus hijos. Siga leyendo.
1. La leche materna es el alimento perfecto: no es casual que la Organización Mundial de la Salud recomiende la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad del niño. Y después que sea amamantado por lo menos hasta los dos años, conciliando el hábito con el consumo de otros alimentos. Esto es porque la leche de la madre tiene proteínas que son de fácil digestión, adecuadas para ser procesadas por el sistema digestivo del bebé, que todavía está en desarrollo. Por el contrario, la leche de vaca o artificiales que se producen pueden causar alergia (por lo tanto, la leche materna es importante en las familias donde hay una tendencia al aumento de las alergias alimentarias, ya que ayuda a prevenir el problema).
2. Protege el cuerpo del niño: la leche materna también tiene anticuerpos, que ayudan a desarrollar el sistema inmunológico del bebé, protegiéndolo contra enfermedades tempranas e infecciones. Así la lactancia colabora para que su bebé sea más fuerte y sano cada día (cosa que ninguna fórmula artificial es capaz de hacer).
3. Reduce el sangrado posparto y evita la anemia: El dar de mamar al bebé acelera el proceso de recuperación del parto debido a la acción de una hormona llamada oxitocina, responsable de las contracciones del útero y que hace que el órgano vuelva más rápidamente a su tamaño «normal». El proceso acaba por reducir los riesgos de hemorragia posparto y luego disminuye los riesgos de la anemia materna. La oxitocina también se conoce como la hormona del amor. ¿Los primeros instantes del bebé fuera del útero son tan mágicos que él busca el pecho de la madre naturalmente…
4. Intensifica el vínculo entre madre e hijo: La hora de dar de mamar es un momento muy especial y rico en desarrollo. Así como todos los demás sentidos de los bebés, durante los primeros meses de vida, la visión todavía se está acostumbrando a ver el mundo de aquí afuera. Por eso, los pequeños tienden a ver con más nitidez en una distancia entre 20 a 30 centímetros. Curiosamente, este es el espacio entre el bebé y la madre durante la lactancia. El calor y el olor de la madre también dejan al bebé seguro, mientras que los latidos del corazón despiertan su curiosidad.
5. Dar el pecho de la madre calma al bebé: cuando el bebé mama del pecho de la madre, no sólo está recibiendo alimento, sino también encuentra en ese momento una manera de calmarse. Hay muchas mamás que relatan que a veces el bebé se queda con la boca en el pecho, sólo succionando, incluso cuando la leche se acabó, esto, simplemente porque el acto de succión tranquiliza.
6. El amamantamiento colabora con la pérdida de peso de la madre: producir la propia leche hace que la madre tenga un gasto calórico mayor – o sea, que adelgaza con más facilidad mientras está en la fase de lactancia. Es claro que varía de mujer a mujer, pero el acto de amamantar significa generalmente un gasto de 900 a 1000 calorías diarias.
7. Evita la aparición de problemas ortodóncicos y faciales: la succión y otros movimientos que el bebecito hace para conseguir retirar la leche del seno es fundamental para el desarrollo de su boquita. Es por medio de este movimiento que el paladar duro se fortalece para que los dientes crezcan bien alineados. El destete precoz puede llevar a la ruptura del desarrollo motor-oral adecuado, pudiendo perjudicar las funciones de masticación, deglución, respiración y articulación de los sonidos del habla, ocasionar mala oclusión dental, respiración bucal y alteración motora-oral.
8. Disminuye los riesgos de diarrea y fortalece el sistema inmunológico: el calostro es una de las formas más importantes para el fortalecimiento del sistema inmunológico del bebé: es a través de él que la madre logra transmitir sus anticuerpos para el hijo. Por lo tanto, la leche materna es una de las maneras más efect

ivas de protección contra la diarrea y las infecciones de oído (otitis), además de otras infecciones del tracto digestivo, del sistema respiratorio, como la neumonía, y el tracto urinario. Los pequeños que reciben la leche del pecho también presentan un riesgo menor de desarrollar asma y otras alergias alimentarias y de piel.


9. Disminuye la ansiedad del bebé y de la madre: de la misma forma que estudios comprobaron que los síntomas de depresión materna afectan negativamente el tipo y la duración de la lactancia, lo contrario ocurre también: las madres que dan de mamar a sus hijos tienen menos probabilidades de desarrollar el problema. El bebé tiende a llorar menos cuando logra mamar pronto al principio de la vida, pues pasa a desarrollar una relación de confianza con la madre. Las mujeres también se ponen menos ansiosas.
10. Estimula el desarrollo cognitivo e intelectual: hay evidencias de que la lactancia materna contribuye al desarrollo cognitivo. La mayoría de los estudios concluyen que los niños amamantados presentan ventaja en este aspecto cuando se comparan con los no amamantados. Aunque los mecanismos involucrados en la posible asociación entre la lactancia y el mejor desarrollo cognitivo aún no son totalmente conocidos, los investigadores defienden la presencia de sustancias en la leche materna que optimizan el desarrollo cerebral. La grasa presente en la leche materna, por ejemplo, está constituida por ácidos grasos poliinsaturados, responsables de formar las neuronas del niño y favorecer las sinapsis nerviosas.

Imagen via babyeco

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