Muchas veces auto-limitamos nuestras alternativas a aquello que nos presenta la publicidad. Si no sale en la tele, entonces no existe. Por muchos años utilicé toallitas higiénicas (que de higiénicas no tienen nada) y tampones, porque simplemente no me cuestioné la enorme cantidad de desechos que generaba cada mes. Si a eso le sumamos el desagrado que solía ser “andar con la regla”, menos me interesaba el tema.
No fue hasta una conversación con mi primera profesora de yoga que “me cayó la teja” de que existían alternativas. Cuando me habló de la copa menstrual mis primeras reacciones fueron “Pero qué asco!, ¿Y tienes que tocarla para sacártela? y tocas la sangre, !puaj!”. Sin embargo, sus palabras siguieron retumbando en mi cabeza hasta que me decidí a investigar más.
Busqué información y testimonios en internet, y a las mujeres que lo habían probado les había gustado mucho. Además no estaba asociado al síndrome del shock tóxico (la peor pesadilla cuando usas un tampón) y estaba fabricado de material de calidad médica. El único “pero” era su precio (demasiado alto si es que no me gustaba).
Mi experiencia con la copa menstrual
La primera copita que tuve fue Mooncup®, y me contacté con la chica que la vendía mediante la página oficial. Tan pronto la tuve en mis manos me la probé y ajusté el largo del tubito para que me quedara cómodo. La verdad es que se sentía bastante cómoda (por no decir que casi ni se siente), y no era más difícil que ponerse un tampón. Sólo se necesita un poco de paciencia para ajustarla.
Las primeras veces que la usé igual me puse una toallita por si acaso, pero rápidamente me di cuenta que no era necesario, porque la copita es súper confiable. Mis aprehensiones iniciales desaparecieron, junto con mis alergias e incomodidades. Nunca más esa sensación de resequedad o vergüenza por el olor: mi sangre no era el problema, sino los productos desechables que utilizaba.
En un cambio de casa perdí mi querida copita, así que tuve que comprar otra. Como no encontré a nadie que vendiera la misma marca, decidí probar Mialuna®, una copita diseñada por chilenas. Debo decir que también quedé encantadísima. Me encantó que tuvieran distintas tallas para adaptarse a necesidades de distintas mujeres, además de tener una página súper clara donde se responden las dudas típicas (y no tan típicas) que una puede tener al respecto.
Otras alternativas ecológicas y saludables
La copita menstrual no es la única alternativa que tenemos a nuestra disposición. A continuación les contaré otras formas de recibir la sangre menstrual.
Toallitas y Tampones Orgánicos
Se venden en en los supermercados, son desechables, pero hechos con algodón orgánico, sin tratamiento de blanqueado con cloro, sin fragancias y biodegradables.
Toallas Higiénicas de Tela
Están hechas de algodón, por lo que permiten a la piel respirar, evitando el exceso de humedad y temperatura, con la generación de olores que eso trae. Algunos diseños cuentan con una tela externa impermeable para evitar que el flujo alcance la ropa interior. También las puedes hacer tú misma siguiendo alguno de los variados modelos disponibles in internet.
Tampones Naturales
Son esponjas de mar y se pueden utilizar por más de un periodo. Las venden en mi periodo al natural (tienda mexicana)
¿Qué les pareció esta información, han utilizado la copa menstrual u otra alternativa ecológica?, ¿Se atreverían a usarla?.
Yo se que hay habitos que ayudan a que uno esté saludable.
Pero en ocasiones, la falta de tiempo ocasiona que uno no pueda dedicar nada a esas actividades… posiblemente una opción sea contratar Asistenta por horas Madrid… seguramente con eso ya tendría tiempo de hacer las cosas que me gustan.