Ya sé que, en principio, puede parecer que las tiritas no tienen mayor misterio que quitarles el papel y aplicarlas sobre la herida, sin más. Pero no es así. No ahora que he descubierto todo un mundo de posibilidades con los apósitos.
Hasta hoy pensaba que la inmensa mayoría eran iguales y que la variedad se remontaba a las tonalidades de la piel o transparentes, a excepción de los modelos que ya hemos visto aquí. Pues la verdad es muy diferente, tanto, que podríamos cambiar la expresión de «para gustos los colores», por «para gustos las tiritas». Aquí van unos cuantos ejemplos:
Un pack de tiritas para los más gore donde se recrean puntos, cremalleras en la piel y demás delicias cruentas. Siguiendo en la línea macabra, tenemos la tirita con la mítica frase de los cordones policiales: «crime scene do not enter», cosa que nos vendrá muy bien para nuestra herida. Para los emos, por supuesto, también hay tiritas oscuras y con calaveras para que no se les infecten los cortes.
También existen unos estilos más alegres que llamarán la atención de la persona de carácter dicharachero: con estas tiritas de tartas coloridas, no perderá la oportunidad de mostrar felicidad pese a la herida. Asimismo, para los que se encomiendan a Jesús, hay otro pack de tiritas con su imagen. Tal vez la zona cicatrice antes, ni idea. Para los más infantiles y afeminados, así como para niñas que todavía juegan como muñecas, están las tiritas con dibujos de unicornios contentos. ¿Que cómo sabemos que su estado anímico es bueno? Porque hay arco iris con ellos.
Para los amantes de la comida también hay tiritas: por supuesto, algo que queda muy bien como un ingenioso juego de palabras es una panceta de bacon haciendo la gracia por aquello de ser una «tira». También tenemos el desayuno americano y unas tostadas.
Y podría seguir infinitamente, porque hay muchos modelos, pero aquí está el link con los que ofrece PerpetualKid. La mayoría son cajas que no sobrepasan los cuatro euros.