Heidelberg es una de las ciudades alemanas más bonitas y llenas de lugares románticos para visitar en un viaje de enamorado o luna de miel. Esta ciudad se ubica en lo que se denomina “Selva Negra”. Mucha gente quizás nunca habrá oído hablar sobre esta pequeña ciudad, pero de seguro que si habrán visto alguna imagen de Heidelberg.
En la antigüedad, Heidelberg fue un centro comercial muy importante, por albergar a uno de los «Palatinates» más importantes de la época. Magníficos edificios como el castillo que se remonta a esta época dorada, que incita la envidia en el barrio, resultó ser el blanco de varias guerras y las disputas políticas. Por esto es muy poco lo que queda del diseño arquitectónico original medieval que tenía el castillo, el puente y su gran portón, una que otra iglesia.
Sin embargo, debido a la importancia como centro de enseñanza, debido a tuvo una de las primeras universidades en el sur de Alemania, por ello la ciudad se le hizo una reconstrucción en el siglo XVII en estilo barroco, formando una mezcolanza interesante entre ambos estilos. Fue en ese momento que el artista Goethe se había mudado y en donde vivió la mayor parte de su vida, inspirado por los espectaculares paisajes que ofrece Heidelberg.
Generalmente se va a Heidelberg en tren, especialmente viniendo de Francfort (1:10 minutos). La estación de tren de Heidelberg está a 4 km del castillo y el casco antiguo. Lo ideal es llegar en autobús e ir viendo el lugar a pie.
En la estación principal afuera del edificio, existe una especie centro informativo del turista, donde se puede conseguir los mejores tips del lugar, además de comprar entradas al Castillo y el funicular que conduce a él. Después de que el centro de información, esta la parada de autobús que te llevará al centro de la parte vieja. Puedes tomar el número 33 hasta llegar a la estación Rathaus. Ya existe el funicular, teleférico que conduce al castillo (schloss).
Por igual puedes empezar a conocer a Heidelberg por el centro histórico, tomando el autobús 32 en la estación de tren y bajar en Universitplatz, ciudad de la antigua Universidad.
Itinerario para hacer en Heidelberg 1:
1) Visita a los lugares históricos. Lo ideal es empezar a explorar la antigua ciudad y dejar el castillo para después del almuerzo, evitando las hordas de excursiones al llegar en horas tempranas del día. Ir vagando por las calles del centro histórico, viendo las edificaciones más importantes y sus fachadas bien bonitas, edificios como la biblioteca, las Plazas Marktplatz y Karlsplatz, la Iglesia del Espirito Santo, las iglesias de los jesuitas y Hotel Ritter. En este último, recomendamos visitar la dulcería Gundel, vale la pena probar la tarta de fresas que se realiza allí. Son verdaderamente una delicia y cuesta unos 3 euros aproximadamente.
2) El Castillo. Primero ir por el teleférico y bajar en la segunda estación. Allí tienes un interesante panorama de la ciudad. Luego, volver al teleférico y bajarte en la estación. Debes comprar un boleto de entrada en el castillo (4 euros). Si quieres, también puedes comprar el tour (+ 4euros) pero no es aconsejable. El viaje tiene una duración de una 1 hora pero en 20 minutos se ve lo que más interesa.
Explorar el castillo, encontrarás 2 barriles de vino grandes, artículo que nunca faltaba en Heidelberg en siglos anteriores (el más grande consiste en más de 200 mil litros!).
En la céntrica Plaza del Castillo, se puede contemplar los distintos estilos que se compone, con fachadas que van desde el renacimiento medieval. Al dejar el castillo, gire a la izquierda para ver los jardines. No obstante el original ya no existe, es sin ninguna duda una zona muy encantadora para pasear y con esa muy linda vista de la ciudad con que cuenta.
En el exterior del castillo puede ser visto también la torre parcialmente destruida por los franceses durante la guerra.
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Heidelberg
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Superficie: 108,8 km²
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Tiempo: 29 °C, viento SE a 8 km/h, 47% de humedad
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Hora local: viernes, 11:35
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Universidad: Universidad de Heidelberg
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