Entre la cara del tipo, su expresión entre alelada y feliz, y el nombre del producto, puedes estar pensando, y no te lo voy a echar en cara, que «Chubasquero de patata» es, efectivamente, una patata, una parodia de sí mismo.
Pero no, no es así. Dejando a un lado su publicidad, hay que decir en favor de este invento que aboga por un desarrollo sostenible. ¿Cómo un chubasquero puede hacer esto? Bueno, porque, como dice su nombre, está confeccionado con fécula de patata y es completamente biodegradable.
Cuando ya no quieras usarlo, sólo tienes que plantarlo. Claro que ser ecológico tiene un precio y en este caso son 15€, aunque la idea apunta maneras. Puedes pasarte por aquí para echarle un vistazo.