Es un hecho comúnmente recibido que la enorme mayoría de los fondos de inversión no alcanzan ni siquiera igualar la rentabilidad de su índice de referencia (IBEX 35, Eurostox 50, S&P 500, etc.) a extenso período. Algunos tienen la posibilidad de batirlo a lo largo de algunos ciclos de tiempo, pero no tienen la capacidad de superarlo en ciclos largos. Se realizaron multitud de estudios en todos los mercados y el resultado siempre fue el mismo; los fondos de inversión dan una rentabilidad a la larga inferior a su índice de referencia. Sólo una cantidad ínfima de fondos lo consiguió y por esto sus administradores pasaron a la Historia de la Bolsa, como Peter Lynch o John Neff.
Gracias a esto podría concluirse que batir a los índices es algo increíblemente complicado, debido a que los administradores expertos de los fondos de inversión no alcanzan llevarlo a cabo.
Pero batir al índice no es complicado. Ya que los índices bursátiles no tienen dentro los dividendos pagados por las compañías que los conforman alcanza con adquirir las acciones que conforman el índice en la misma proporción en que ponderan en dicho índice para conseguir una rentabilidad superior (Nota: si no sabe cómo se calcula un índice bursátil es favorable que lea este artículo en el que se enseña cómo se calculan estos índices bursátiles). Con ello obtendríamos una cartera que replica precisamente al índice (con lo cual obtendría su misma rentabilidad) pero además cobraríamos los dividendos que abonan las compañías, lo que haría que la rentabilidad de esta cartera fuera superior a la del índice (recordemos que los índices no tienen dentro los dividendos). Estos dividendos podrían reinvertirse en la adquisición de más acciones para la cartera en la misma proporción, con lo que obtendríamos una copia del índice total.
Observemos un ejemplo;
Supongamos un índice compuesto sólo por 3 compañías, el IBEX 3:
- Telefónica: Pondera el 50%
- Iberdrola: Pondera el 30%
- FCC: Pondera el 20%
Si un inversor con 100.000 euros quisiera replicar este índice sólo tendría que adquirir 50.000 euros de acciones de Telefónica, 30.000 euros de acciones de Iberdrola y 20.000 euros de acciones de FCC. Si el índice subiera en el siguiente año un 20% (por ejemplo) su cartera de valores valdría 120.000 euros (igual revalorización que el índice), pero además tendría los dividendos pagados por estas 3 compañías. Si tuvieran una rentabilidad media por dividendo del 3% (en el instante de la compra), el inversor tendría su cartera valorada en 120.000 euros más 3.000 euros (3% de 100.000). Si reinvierte estos 3.000 euros replicando al índice (1.500 Telefónica (50%), 900 Iberdrola (30%) y 600 FCC (20%)) conseguiría que su cartera replicase el índice total del IBEX 3 y a la larga obtendría una rentabilidad muy mayor a la del índice original, el IBEX 3.
Indicadores técnicos del trading |
En la práctica haría falta una cartera muy grande para replicar precisamente a un índice real, como el IBEX 35, debido a que habría que adquirir una cantidad enorme de compañías (35 en la situación del IBEX35) y esto podría suponer unas comisiones muy altas para una cartera chiquita.
Pero no es primordial hacer una copia precisa del índice para batirlo. Una aceptable estrategia radica en conformar una cartera con una selección del índice que se quiere replicar, con lo que se disminuye el número de compañías a adquirir y las comisiones bajan a unos escenarios que no perjudican la rentabilidad de la cartera. El número de compañías a adquirir podría estar entre 10 y 20, en relación del tamaño de la cartera. Y para seleccionarlas el método más razonable (por seguridad, rentabilidad y accionar lo verdaderamente semejante viable al índice que se quiere replicar) sería elegir, dentro de las compañías más importantes, a aquellas que tengan una rentabilidad por dividendo más alta. Volver a invertir los dividendos cobrados en la cartera sin modificar la proporción de cada compañía tiene la posibilidad de tener un coste alto para la mayor parte de las carteras. Ósea, si se cobran 100 euros en acciones de Banesto no vale la pena ofrecer una orden de adquisición de acciones de Banesto por valor de 100 euros, debido a que la comisión mínima podría suponer un porcentaje alto de esos 100 euros. Se tienen la posibilidad de usar 2 soluciones complementarias a este problema:
- Utilizar los proyectos de reinversión de los dividendos que tienen algunas compañías como Banco Santander, BBVA, Banco Habitual o Iberdrola. La adquisición de acciones con este sistema está exenta de comisiones, por lo cual puede usarse por muy chiquita que sea la cartera del inversor.
- Agrupar varios dividendos y adquirir, una vez al período de tres meses entre otras cosas, acciones de la compañía que tenga la rentabilidad por dividendo más alta en ese instante. Suponiendo que la compañía con la rentabilidad por dividendo más alta ya estuviera muy representada en la cartera podría optarse por la segunda (o tercera) para diversificar el peligro y evadir que la cartera dependa en exceso de una compañía.
Y ¿por qué los fondos de inversión no alcanzan batir a los índices si es tan simple? Algunas de las causas son:
- La más relevante son las comisiones, que representan (aproximadamente) los dividendos delegados por las compañías.
- Los fondos no están invertidos al 100%. Legalmente tienen que sostener un porcentaje mínimo de liquidez para atender los probables reembolsos, pero es recurrente que el porcentaje real de liquidez sea superior (en proporciones variables) a ese mínimo legal. Lo que no tienen invertido en Bolsa está en renta fija, que tiene una rentabilidad a la larga inferior a la Bolsa y por consiguiente piensa un lastre para la rentabilidad total de la cartera del fondo.
- Los fondos hacen muchas veces operaciones de compra/venta para cambiar la estructura de la cartera. Las comisiones de estas operaciones de compra/venta no están incluidas en las comisiones de administración, depósito, etc., sino que se abonan aparte. Y se abonan con el patrimonio del fondo, que se ve achicado. El propósito de estas operaciones es incrementar la rentabilidad de la cartera, pero es un hecho que no alcanzan llevarlo a cabo de forma consistente.
Por todo ello pienso que es más aconsejable invertir por medio de la adquisición directa de acciones que por medio de fondos de inversión, pero los fondos de inversión además tienen sus virtudes.
Es primordial tomar en cuenta que si se ejecuta una mala selección de las compañías a invertir se puede conseguir un resultado peor (incluso bastante peor) que capitalizando en fondos de inversión.