Para cualquier celebración disfrazarse es divertido, pero además hay otras razones por las que es bueno. ¡Conoce estas razones!
La costumbre de utilizar un vestuario diferente y que represente a algún personaje se lleva a cabo desde hace mucho tiempo. De hecho, disfrazarse se hace en teatro, en fiestas específicas e incluso sin motivo alguno. Es una de las costumbres más divertidas y geniales que hay hoy en día y que se mantienen.
Aún así, muchos son los que piensan y aseguran que utilizar disfraces es negativo y atrae energías del mismo tipo. Sin embargo, es en realidad todo lo contrario. Muchas veces, bloqueamos partes de nuestro sentimientos y pensamiento, y al utilizar disfraces, podemos dejar salir y expresar esas conductas bloqueadas. Existen grandes cantidades de tipos de disfraces que puedes buscar en tiendas o en alguna página web especializada en ello.
En tal sentido, queda claro que no representa ninguna actitud negativa en sí, sino más bien, una forma de expresarnos sin limitaciones. De hecho, muchos expertos en conducta recomiendan que al escoger algún disfraz para un niño, la mejor opción es preguntarle al niño en sí. Esto les garantiza poder subir su autoestima y la superación de algunos temores.
Disfrazarse es un medio genial y un mejor pretexto para divertirse y jugar.
Así mismo, muchas veces tendemos a disfrazarnos de aquello a lo que tememos. Un claro ejemplo de esto son las personas o niños que se disfrazan de fantasmas, brujas o demás personajes. Es un ejemplo ideal aplicarlo en los niños ya que podemos explicar que un niño que se disfraza de aquello a lo que le teme, podrá superar más fácilmente su miedo. Así mismo, si se disfrazan de aquel personaje que admiran, reforzarán su autoestima y se identificarán con los personajes.
Así como en el caso de los más pequeños, existen disfraces para los más grandes, para las personas adultas. Para verlos, pincha aquí.
En todo caso, el hecho de disfrazarnos nos permite dejar salir eso que quizá no permitimos de nosotros mismos o que incluso no conocemos de nuestra personalidad. Esto, evidentemente, no es para nada negativo.