Las alfombras son un elemento decorativo que a su vez dependiendo del material de elaboración, ya sea algodón, lana, yute o bambú, entre otros que pueden ayudar a mantener la estabilidad de ciertos objetos tales como mesas, sofás y demás objetos que estén sobre ellas.

Variedad de alfombras

Además, las hay de diferentes tamaños, diseños, formas y colores para ubicarlas en diferentes espacios del hogar como un complemento decorativo que permite ambientar un área específica para darle un aspecto confortable. Por ejemplo, en épocas de frío lo ideal es elegir alfombras con fibras adecuadas para hacer el ambiente más cálido que a su vez sea fácil de limpiar.

Cabe destacar, para decorar de manera acertada con las alfombras es preciso considerar ciertos factores como el espacio disponible, cantidad de luz natural que ilumina el interior, color de las paredes y los objetos decorativos que estén en esa área para lograr una combinación armónica.

Dónde colocar las alfombras.

Las alfombras son ideales para complementar la decoración de cualquier espacio en el hogar pero a su vez tienen que ser funcionales para aprovechar al máximo este objeto y disfrutar de la comodidad que estas ofrecen.

En este sentido, resulta oportuno colocar una alfombra en la entrada principal de la casa que esté elaborada con una fibra gruesa que pueda absorber la suciedad o humedad al pisar sobre ella cuando se llega de la calle y al mismo tiempo se puede elegir un diseño llamativo que esté acorde con la decoración.

 

Por otro lado, se puede colocar una alfombra decorativa en el baño que sea de material anti resbalante o que esté hecha con polipropileno para que se mantenga libre de humedad y permita su rápida limpieza para poder colocar los pies al salir de la ducha sobre una superficie estable e higiénica.

Además, si hay niños pequeños en la casa se puede colocar una en la sala que esté fabricada con un material que no produzca alergias y acumule poco polvo, para que estos puedan jugar cómodamente, pueden ser antiresbalantes para que puedan pararse sobre ella sin riesgo de caerse.