Asimismo, en la isla de Ibiza también queda ubicada Santa Eulària des Riu o Santa Eulalia del Rio, que de la misma manera nos proporciona una gran cantidad de playas que se pueden disfrutar en compañía de nuestros amigos y familiares, así como un gran ambiente para hacerte sentir como si estuvieses viviendo en un paraíso hermoso.
Esta misma zona cuenta con varios pueblos y facilidades para poder practicar deportes náuticos a los turistas que llegan al mismo en ocasiones, con playas de arena fina, mercadillos famosos en toda la isla, y un gentilicio que va a hacerte sentir en casa y con ganas de seguir volviendo cada vez que tengas la oportunidad en vacaciones.
Por otro lado, la isla de Ibiza también tiene otra gran cantidad de lugares para visitar tales como Es Canar que es una playa y también un mercado, Cala Llonga que es otra playa al igual que San José, Cala Gració, Santa Gertrudis de Fruitera, Cala Portinatx, Cala Llenya, Es Cubells, San Carlos, Sant Jordi de ses Salines, Cala San Vicente, entre muchos otros.
Ibiza: Una isla consumida por las luces de la noche
Ibiza es historia
Ibiza: Una isla consumida por las luces de la noche
Cuando el frío llega los turistas nocturnos se van y llegan otros que adoran a Ibiza por los que se oculta detrás de los focos de las discotecas, lindas playas, calas íntimas, montañas que examinar y una gastronomía exquisita. En este momento es el instante idóneo para conocer Ibiza, las empresas de vuelos piensan que es temporada baja por lo cual se tienen la posibilidad de hallar reales gangas, reserva tu viaje a Ibiza en línea aquí, para gozar de uno de los paraísos del mar Mediterráneo a un precio barato. El invierno además es la temporada del año favorita de los originarios que tienen la posibilidad de volver a la tranquilidad y a la vida, así como la conocían antes de que la industria de la noche se asentara en su territorio. La isla muestra su otra cara, algo más íntima, en la que te invita a comprender sus recovecos, su cultura y la multitud que puebla este favorecido pedazo de tierra. Lo que no cambia en Ibiza es el buen tiempo, las temperaturas no son asfixiantes como en los meses de verano, pero se mantienen equilibrado ámbito a los quince y veinte grados que se tienen la posibilidad de batallar con un jersey o maqueta fina con lo que tendremos un muy buen estar. La oferta hotelera se disminuye considerablemente, algunos establecimientos cierran sus puertas frente la considerable caída del turismo. No les sale productivo sostener los gastos de sostener el hotel abierto porque los turistas que llegan en invierno se han de repartir entre un enorme conjunto de hoteles. Desde luego los costos además son muchísimo más bajos y viajar a Ibiza, que en otra temporada del año sería impensable para hogares con una economía nivel, es una alternativa más. La muchedumbre que abarrota cada rincón de la isla se ve achicada a pocos grupos de turistas, la mayoría de las veces grupos familiares o parejas, por lo cual el espacio y la calma está asegurada. Un real lujo pasear por las espectaculares playas de Ibiza sin tener que tropezar a cada paso con bañistas o sombrillas que se colocan hasta pocos centímetros del mar. Las calas además ganan en espectacularidad.
El ámbito te envuelve, las olas rompiendo en las piedras, el viento silbando al chocar con la arboleda o los pájaros se tienen la posibilidad de oír y crean una sinfonía particular. Bañarse queda guardado para valientes, las temperaturas del mar son bajas en esta temporada y no gusta tanto pegarse un chapuzón. Algunos días el sol brilla en lo prominente y éxito bien si hay suerte y no hace bastante viento la oportunidad de enfundarse el bañador y meterse en el agua gana enteros, aunque todavía es una opción para osados. Los viejos nos han trasmitido el misterio. Las superiores puestas de sol en Ibiza son en invierno. Al opuesto de lo que piensa la mayor parte de la multitud el atardecer es más bello últimamente del año. La atmósfera está más limpia y hay menos partículas en suspensión lo que provoca que los colores ganen en brillo y el horizonte se alargue unos kilómetros más. Más que nada cuando el día previo ha llovido y se ha producido una verdadera purificación de la atmósfera, justo es en estos días cuando desde la isla se puede observar la península y también distinguir las montañas de Alicante. La naturaleza nos regala en estos días una de las estampas más lindas y fotografiadas del mundo; los almendros en floración. En Ibiza sobran los almendros, la más grande concentración de estos árboles está en el Valle de Santa Inés de Corona. Una pradera completamente cubierta por almendros que desde finales del mes de enero hasta febrero nos dejan ver la elegancia de sus flores.
Ibiza es historia
En el centro de la región de Ibiza podemos encontrar Dalt Vila, una localidad enmallada declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una localidad llevada a cabo a prueba de los piratas, sus formas y anchos muros nos hacen acordarse de que la isla, por su ubicación en el Mediterráneo, era una de las islas más codiciadas por los piratas que siempre deseaban conquistarla. Un recorrido ideal para hacer en invierno, cuando las temperaturas son soportables y subir hasta arriba de la catedral es elogiable. Un paseo empinado que sin lugar a duda vale la pena llevar a cabo. Desde el mirador se puede ver parte importante de Ibiza y también alargar nuestra mirada hasta la isla de Formentera. “Pobres Blancas” es como conocen los ibicencos a los chicos pueblos que nacen en el interior de la isla. Villas con viviendas blancas que han seguido el estilo habitual de Ibiza y en las que se encierra el atractivo de la crónica de una isla consumida por las luces de la noche.