Seguro que te ha pasado mil veces aquello de sentir que reventarías al primero que se te presentase. Has estado tan frustrado y rabioso que algún niño te ha confundido con un perro.
Pues para desatar toda esa ira homicida, para no causar la baja de tu jefe o de algún compañero, para no tumbar a ese profe que te tiene manía, aquí llega la súper bola antiestrés. Nosotros estamos acostumbrado a la bola que cabe en la palma de la mano, pero ésta es, en comparación, monstruosamente más grande. Podrás darle golpes, apretujarla, pellizcarla, etc, sin consecuencias perjudiciales.
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