Hemorragia Nasal en la Niñez

hemorragia en niñosLos vasos sanguíneos de la nariz son muy superficiales y suelen sangrar al menor traumatismo. Los niños se causan esta hemorragia al meterse los dedos a la nariz.

Una buena medida preventiva consiste en mantenerles las uñas recortadas y convencerlos de que se abstengan de este desagradable hábito.

La causa de la hemorragia también puede ser un cuerpo extraño en la nariz. Los accidentes y las riñas aportan una buena parte de estas hemorragias, pero es más frecuente que sean espontáneas.

A menudo las hemorragias nasales se deben a irritación por un virus o a que el niño se suena con demasiada fuerza. El principal problema en este último caso es el catarro, pero el tratamiento sintomático del propio catarro disminuye la probabilidad de las hemorragias nasales.

Si las mucosas nasales están resecas, es más probable que se agrieten y sangren.

Deben recordarse estos puntos claves:

  • Los padres casi invariablemente pueden contener una hemorragia nasal.
  • La gran mayoría de las hemorragias nasales se relacionan con catarros o ligeros traumatismos de la nariz.
  • El tratamiento consistente en taponar la nariz con gasa tiene importantes desventajas y debe evitarse en lo posible.
  • No es urgente investigar la causa de las hemorragias nasales recurrentes y es más fácil hacerlo cuando no las hay.

Tratamiento casero

La nariz consiste en una porción ósea y otra cartilaginosa, es decir, una «dura» y otra «blanda». La zona de la nariz que generalmente sangra se encuentra en la porción «blanda», por lo que es posible contener la hemorragia aplicándole presión.

Basta con oprimir la nariz con el dedo pulgar y el índice por debajo de la porción «dura». La presión se aplica por lo menos durante 5 minutos. Debe sentarse al niño; no hace falta que eche la cabeza hacia atrás, pues esto simplemente hace que la sangre fluya en ese sentido y no hacia adelante.

Puede ser útil aplicar compresas frías o trozos de hielo sobre el puente de la nariz. Casi todas las hemorragias nasales pueden contenerse de esta manera, siempre que se espere el tiempo suficiente para que la lesión deje de sangrar.

Las hemorragias nasales son más comunes en el invierno, cuando abundan los virus y el aire en el interior de las casas está más seco por el empleo de calefactores. Una casa menos tibia y un vaporizador que restaure la humedad del ambiente pueden ayudar en muchos casos.

Si las hemorragias nasales son un problema recurrente, si parecen aumentar en frecuencia y no se asocian con un resfriado u otra irritación menor, conviene consultar al médico, aunque no urge hacerlo.

El médico no necesita observar al niño inmediatamente después de la hemorragia, pues en ese momento cualquier exploración provocaría su repetición.

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