HISTORIA DEL PAINTBALL

No existe un acuerdo sobre la fecha o la manera en la que comenzó a practicarse el paintball, aunque esta historia es una de las más aceptadas y reconocidas como real.

 

 

Dos amigos de los Estados Unidos de América, un corredor de bolsa y un escritor, conversaban acerca de un viaje de caza que uno de ellos acababa de realizar. Hablaban de la adrenalina y la emoción que le había provocado, y de lo emocionante que sería poder recrear esta sensación en una especie de “caza al hombre” en la que cada uno de ellos podría vencer a su oponente.

 

Pasaron tiempo pensando en cuáles serían las mejores condiciones y cualidades para poder convertirse en un buen cazador y sobrevivir al contrario. Pasado más de un año un conocido les mostró un aparato que disparaba bolas de pintura que se utilizaba para marcar el ganado. Los amigos se compraron cada uno un arma y empezaron a competir en lo que se convirtió en la primera partida de paintball de la historia.

 

Los jugadores diseñaron un sistema de reglas e invitaron a otros a unirse a ellos, entre los que se encontraba el escritor de una revista deportiva muy conocida. La competencia tuvo un artículo en la revista y más personas comenzaron a interesarse por el juego.

 

Los dos amigos fundaron una compañía y firmaron un contrato en exclusiva con una empresa que les suministraba todo el equipo necesario. Con la venta de franquicias alrededor de todos los Estados Unidos y de la exclusividad del proveedor, consiguieron obtener beneficios en seis meses, por lo que un juego entre aficionados se transformó en un negocio muy lucrativo en poquísimo tiempo.

 

Un poco más adelante, otros fabricantes comenzaron a crear productos y comenzó la competencia, lo que dio lugar a una mejora de la tecnología y una extensión de este deporte, del que hoy existe incluso una competición internacional.

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