A muchos de nosotros nos gusta el café y por eso es muy posible que tengamos una cafetera capaz de hacer un gran número de tazas a la vez. Si ese es tu caso con toda seguridad tendrán una cafetera de las llamadas americanas, en las que el café se pone en un filtro de papel o plástico sobre el que se echa agua caliente y se obtiene el tan preciado y oscuro líquido.
Estas máquinas con jaras para café tienen casi siempre un sistema automático donde el agua se introduce en un depósito que tiene una pequeña resistencia, esta resistencia calienta el agua, que sube por un estrecho tubo hasta el filtro donde se encuentra el café molido. El agua caliente extrae la esencia del café y gracias al filtro los restos no pasan al café que beberemos.
Existen muchos modelos de este tipo de máquinas. Incluso hay máquinas que tienen una especie de plancha donde podemos colocar las jarras para café que hemos preparado y de esta manera poder poner otra jarra vacía y seguir haciendo más. Colocamos la jarra hecha sobre esta superficie y así se mantiene caliente mientras no se acabe.
Las jarras térmicas son recipientes de menor tamaño que los termos y que podemos llevar con nosotros a donde queramos. Suelen tener el tamaño de un vaso alto y gracias a sus características aislantes nos permiten llevar nuestras bebidas preferidas en nuestros viajes y traslados.
En las grandes ciudades es bastante común toparnos con personas caminando por la calle disfrutando de sus cafés en jarras térmicas, que llevan cómodamente mientras caminan por la calle. Ni siquiera es necesario que destapen la parte superior, ya que gracias a un pequeño dispositivo en la boquilla solo es necesario arrimar los labios y beber como si se tratara de una vaso cualquiera. Pero a diferencia de llevar un vaso por la calle, las jarras térmicas mantendrán el líquido que contienen en las mejores condiciones durante horas, con lo que sabremos con toda seguridad que cuando vayamos a tomarnos ese café calentito que hemos preparado en casa lo tomaremos como más nos gusta.