– Mamá, ¿los corazones tienen patas?
– No hijo. ¿Por qué?
– Porque el otro día, papa le decía a la muchacha, ábrete de patas corazón.
– Mamá, ¿los corazones tienen patas?
– No hijo. ¿Por qué?
– Porque el otro día, papa le decía a la muchacha, ábrete de patas corazón.