Las peluquerías son lugares en los que tanto hombre como mujeres mejoran su aspecto físico, principalmente dejándose aconsejar por quien regenta el negocio. Históricamente estos han sido centros de socialización y conversación en los que el profesional se adapta siempre al cliente. Si es una clienta y comenta las últimas noticias del corazón, la estilista tiene la capacidad de destacar cualquier cosa que a la clienta le interese. Si es un varón y habla de fútbol, pues el peluquero sabe la alineación completa de las últimas temporadas del equipo favorito del cliente al que está atendiendo en ese instante. Todo con tal de que los clientes estés satisfechos y regresen a mejorar y cambiar su aspecto una vez más en el local de su profesional preferido, que tan bien le atiende.
Las peluquerías son más que centros en los que se acumulan pelos debajo de los logo mats, son lugares tan concurridos como las tabernas, y a veces apenas hay diferencia.