La iluminación resulta importante en cualquier lugar, ya que si contamos con la iluminación adecuada podremos obtener beneficios que no solo se reducen a un alumbrado óptimo, sino también al ahorro energético y a la mejora de los usuarios en cuanto a su disposición en el sitio. Por ello, discernir entre luces LED y luces fluorescentes será el primer paso a tomar para contar con un mejor alumbrado y materiales eléctricos.
Analizando dos tipos de luces
Las luces LED cuentan con ventajas que las harán sobresalir por su calidad y beneficios. Entre ellos podemos encontrar que poseen mayor perdurabilidad que las fluorescentes, así como también un bajo poder calorífico. Igualmente, cuentan con una capacidad de bajo consumo y no contienen el mercurio como material, lo cual elimina un elemento peligroso para el ser humano. A su vez, las luces LED son presentadas en distintas tonalidades y sus intensidades varían.
Por otro lado, las luces fluorescentes cuentan también con una serie de ventajas como el bajo consumo y gran iluminación. Sin embargo, son más costosas y contienen mercurio, por lo que resultan peligrosas si llegan a romperse; y su iluminación es discontinua y con ligero atraso, lo cual provoca diminutos parpadeos.
¿Cómo las intercambio?
Para cambiar de una luz fluorescente a luz LED es necesario analizar su longitud para que sean del mismo tamaño y contar con un cebador, el cual generalmente está incluido para poder instalarla correctamente y de manera fácil. El procedimiento es sencillo, y consta de retirar la lámpara haciendo un giro y colocando la otra con una opresión posterior.
Si se desea hacer una instalación de tipo eléctrico, deberá acudir a profesionales para ello, ya que se trata de cortar los cables interiores en el porta tubos y aplicar empalmes con la entrada de luz y así funcione correctamente