Para que seas Feliz y hagas Felices a los Demás

Conforme vas creciendo te vas dando cuenta que tienes nuevas responsabilidades: como hijo, como hermano, como amigo, como estudiante, como vecino.

Vives siempre rodeado de personas con las que hablas o haces cosas, es decir, con las que te relacionas de manera diferente. Pero ¿has pensado que un gesto tuyo, una forma de mirar, un saludo, el tono de tu voz, una sonrisa, puede demostrar el cariño que sientes por ellas?

Cuando te despiertas y levantas en la mañana ¿qué es lo que haces?, ¿saludas a mamá o a papá? El saludo es una manera de decir “aquí estoy yo y me doy cuenta que también están ustedes”. Es también un modo de demostrar el cariño hacia la otra persona.

El otro día, al llegar de la escuela, entró Felipe corriendo a casa sin saludar a nadie. Estaba muy apurado por ver su programa favorito de televisión. Su mamá, sin decirle nada, le sirvió el almuerzo. Cuando Felipe terminó de comer y de ver su programa notó la tristeza de su mamá. ¿Qué tienes mama?, preguntó. ¡No me saludaste hijo, pasaste de largo! ¿Acaso no te diste cuenta que yo estaba acá?, contestó ella. Felipe, avergonzado, le dio un beso y le dijo: ¡Hola mama! Hola Felipe, le dijo su mamá, estaba por creer que la televisión era más importante que yo…

El cariño y el aprecio por las otras personas se demuestra siempre por el respeto.

Por ejemplo, a la hora de comer no es bueno levantarse de la mesa a cada rato y antes de haber terminado los alimentos; como tampoco es bueno leer mientras se come. Es una manera de decirles a quienes te acompañan en la mesa: “Su compañía no me interesa, prefiero ignorarlos”. Si en realidad no es eso lo que sientes, que tu comportamiento no les haga creer que sí lo es.

Piensa también en las cosas que tienes en casa: ropa, muebles, platos, todo cuanto hay en ella ha sido comprado con el esfuerzo de papá y de mamá. Cuídalos por eso, no las maltrates ni les des un uso diferente al que tienen.

Aconseja a tus hermanos menores, si los tienes, para que ellos también cuiden y respeten las cosas de la casa.

Hay también algunas frases que no ocasionan ningún trabajo al pronunciarlas y que, por el contrario, -crean una atmósfera de armonía que hace agradable la vida: pedir siempre “por favor” cuando deseas algo, y decir “gracias”, después que han atendido tu pedido. Igualmente pedir a los demás sólo aquellas cosas que no puedes hacer por ti mismo; solicitar en el tono adecuado los servicios o favores, recordando siempre que debes tratar a los demás como te gustaría que siempre te trataran a ti.

 

Ahora que Aprendí, lo Práctico con las siguientes actividades:

  1. Haz una representación o sociodrama en grupo, bajo la orientación de tu profesor, sobre algunos episodios de la vida familiar, destacando el comportamiento del niño: al levantarse, a la hora del desayuno, al llegar del colegio, en la noche viendo TV o cualquier otra situación que elija el grupo. Que la historia que elaboren sea lo más realista posible, porque después que cada grupo realice su presentación, todos discutirán lo que vieron y sacarán una conclusión.
  1. Repitan el mismo tipo de actividad, pero representando esta vez algún episodio real de la vida en la escuela. No representen una historia sobre cómo deberían ‘ comportarse, sino sobre cómo es en la realidad.
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