Todo ha evolucionado hasta un grado de desarrollo tal, que si trajéramos a nuestros días a alguien que no haya vivido durante los últimos cincuenta años, le parecerá que está en otro planeta, o incluso en un futuro muchísimo más lejano. Un ejemplo lo tenemos en la industria de las pinturas.
Si bien antes los pintores tenían que fabricar desde cero sus propios materiales, en la actualidad cualquiera puede conseguir pintura de una calidad y unas características tales que incluso permiten a alguien que apenas sepa manejar una brocha aplicar tratamientos antihumedad o cubrir toda una pared con tan solo una capa. Incluso se puede llevar una imagen con el color que se desea y una máquina se encargará de fabricarla exactamente igual al tono que queramos, por muy complicado que este sea.
Uno de los mayores avances que se han logrado es con respecto a los métodos de aislamiento de fachadas, techos y suelos, pudiendo elegir alternativas económicas, cómodas y fáciles de aplicar para proteger estas superficies, como las fachadas o el piso de caucho que se aplica en terrazas con la única ayuda de un rodillo, formando una película que impida que la lluvia, el sol o el calor deteriore terrazas o techos.