Los problemas de la piel deben abordarse de una manera algo distinta de cómo se enfocan las demás cuestiones médicas.
Se podrían elaborar diagramas de alternativas para problemas como «vesículas rojas», pero serían complicados y poco satisfactorios.
Esto se debe a que la mayoría de la gente, incluyendo los médicos, identifica las enfermedades de la piel basándose en distintas observaciones.
Se ve no sólo el aspecto físico en un momento dado, sino también la forma en que comenzó la afección cutánea, a dónde se ha extendido y si se acompaña de otros síntomas, como comezón o fiebre.
También es importante la historia clínica, ya que puede informar acerca de alguna enfermedad a que el niño haya sido expuesto.
Afortunadamente, muchas veces los padres tienen una idea bastante exacta del problema y entonces es posible hacer una aclaración: ¿se trata del arbusto llamado zumaque venenoso, de tiña o de qué?
Si los padres encuentran confuso el problema que presenta la piel, las dos tablas los ayudarán a encontrar un punto de partida. En esta sección, cada diagrama de alternativas comienza con una pregunta destinada a esclarecer si el problema es compatible con las observaciones del cuadro en cuestión. (En la página que está a la izquierda de cada diagrama aparece una descripción más completa de las características.)
Si la respuesta a la primera pregunta es negativa, se indica al lector que replantee el problema y revise las mencionadas tablas.
Dado que en la mayoría de los casos una enfermedad cutánea no se presenta exactamente con la misma apariencia que en los libros de texto, se han excluido las fotografias.
Hemos procurado incorporar a nuestras descripciones las variaciones más razonables, por lo que el lector dependerá mucho de su sentido común, y de otras opiniones que sin duda pedirá a las abuelas y a los muchos amigos que han observado un sinnúmero de problemas cutáneos durante años.
Hemos incluido buena parte de los cuadros más frecuentes, pero nuestra recopilación no es de ninguna manera exhaustiva. Si el cuadro que los padres tienen ante sus ojos no corresponde a nada de lo aquí descrito, deben deducir que se trata de un problema grave y que conviene comunicarse telefónicamente con el médico.
Finalmente, como cada caso es hasta cierto punto diferente, incluso los médicos más experimentados no siempre pueden identificarlos de inmediato. Sin embargo, las sencillas pruebas de laboratorio que el médico realiza en el consultorio, ayudan a distinguir los problemas más difíciles.
En su inmensa mayoría, las afecciones cutáneas son, por fortuna, leves, autolimitadas y no constituyen una amenaza importante para la salud.