El divorcio es el trámite por el que han de pasar los matrimonios en el momento en el que alguna de las dos partes decide que ya no queda nada de esa chispa que mantenía viva la relación. A pesar de que debería tratarse de un trámite sencillo, lo cierto es que los divorcios con hijos y con bienes son los que más problemas dan de cara a terminar un trámite que no suele ser agradable para ninguna de las partes afectadas.
Y son precisamente este tipo de divorcios los que más discusiones pueden crear en el momento en el que una pareja decide terminar con su relación de matrimonio. Para empezar, los hijos deben tener una custodia en la que intervengan tanto una parte como la otra. Pero dado que -normalmente- ni el padre ni la madre se ponen de acuerdo para repartirse la custodia de sus hijos, tiene que ser finalmente el juez el que tome una decisión que influye por completo en la vida de la pareja y en la vida de los hijos. El hecho de que tenga que intervenir una tercera persona en el divorcio no es nada agradable, y es por ello por lo que siempre se recomienda contar con el asesoramiento de un bufete de abogados especializados en divorcios que se encarguen de llevar todos los trámites de la forma menos traumática posible para la pareja y para los hijos.
Los bienes del matrimonio también suelen ser otra fuente importante de discusiones. Nuevamente, han de ser los abogados los que se encarguen de alcanzar el mejor acuerdo posible para ambas partes. La inversión que supone contratar un abogado resulta más que rentable teniendo en cuenta todos los problemas que uno se ahorra al dejar en manos de un profesional este tipo de trámites legales.