De acuerdo con lo que señaló Microsoft en su comunicado, la nueva división continuará ofreciendo sus actuales productos a sus millones de usuarios en el mundo, si bien anticipa que a largo plazo la misma se integrará “a una amplia gama de productos de Microsoft para ampliar el alcance de Skype y acelerar su crecimiento como un medio fundamental para que las personas se comuniquen en línea”.
También se aclaró que los empleados de Skype continuarán ubicados alrededor del mundo en sus oficinas en Estonia, República Checa, Rusia, Suecia, Gran Bretaña, Luxemburgo, Japón, Singapur, Hong Kong y los EE.UU.
Acuerdo billonario
Todo esto se enmarca dentro de un acuerdo que involucró el desembolso de 8,5 billones de dólares por parte del grupo inversor Silver Lake, que está integrado, además de Microsoft, por eBay International AG, CPP Investment Board, Joltid Ltd. en sociedad con Europlay Capital Advisors; y Andreessen Horowitz.
Quien se muestra más que contento con esta operación (y al parecer no sólo porque se aseguró un buen puesto y la estabilidad laboral de sus subalternos) es el propio Tony Bates, quien destacó que los nuevos dueños mantendrán como primer objetivo la ubicuidad característica de Skype, que le permitió brindar hasta el momento un servicio de comunicación fluido y sencillo “a través de cualquier dispositivo y cualquier plataforma”.