Cuando hablamos de calderas, nos referimos a todo aparato de presión donde el calor procedente de cualquier fuente de energía se transforma en energía utilizable, a través de un medio de transporte en fase líquida o vapor, esto según el Reglamento electrotécnico de España para baja tensión. Explicado de manera más sencilla, son máquinas de vapor (como las que iniciaron la revolución industrial en Europa hace más de dos siglos) que han sido modificadas y adaptadas para que, independientemente del tipo de vapor que generen, pueda hacerse de forma controlada y evitando un sobrecalentamiento de las instalaciones y del mismo aparato.
Dada su importancia en la industria, hoy te contaremos un poco acerca de los tipos de calderas.
Entre los tipos de calderas podemos ver que existen dos principales:
· Acuotubulares, cuyo nombre hace referencia a su forma de trabajar, la cual consiste en a circulación del líquido de trabajo a través de unos tubos durante su calentamiento y que, gracias al constante movimiento del fluido, permite altas presiones de trabajo.
· Pirotubulares, en las cuales encontramos un recipiente en el cual se deposita el líquido de trabajo y que es calentado gracias a unos tubos que lo atraviesan.
Éstas máquinas cuentan además con una diversidad de modelos diseñados para distintos usos, de los cuales podemos destacar:
· La esterilización o tindalización, para limpiar cubiertos y demás enseres y para evitar el cultivo de bacterias en los productos una vez lleguen a los almacenes.
· Dar mayor fluidez a líquidos pesados, como el petróleo o el gas natural.
· La generación electricidad, mediante un ciclo de Rankine, lo cual consiste en generar electricidad a través de la utilización de la energía calórica en turbinas.
Dado su diversidad de tareas, las calderas son comunes tanto en las fábricas de casi todo tipo, desde alimentos hasta refinerías, como en hospitales, cocinas de restaurantes y comedores de gran tamaño.