Las hipotecas son contratos, donde un deudor solicita un préstamo a un acreedor que tiene derecho sobre su propiedad hasta la cancelación total de la deuda. Sin embargo, existen diferentes tipos de hipotecas; y estas dependiendo de su interés pueden ser: fijas, variables o mixtas.
Tipo de hipotecas fijas
Se les llama así, al tipo de hipotecas donde la tarifa de intereses se mantiene durante toda la duración del préstamo. Es decir, que la cuota mensual de pago de la hipoteca siempre va a ser la misma.
Este tipo de hipotecas, generalmente son ofrecidas por entidades bancarias; donde ofrecen a sus acreditados una tasa de interés fija, que solo cambiaria de haber un incumplimiento en el contrato de hipoteca.
Tipo de hipotecas variables
Este tipo de hipotecas, aplica una tarifa de interés que está basada en una tasa de interés que depende según el tipo de acreedor y el mercado. Por lo tanto sus cuotas de pago pueden subir o bajar el monto durante la cancelación de la deuda total.
Generalmente, este tipo de cambios se realiza actualizando la tasa de interés del préstamo cada seis meses; es decir por ese periodo de tiempo hay una cuota fija, pero se vence semestralmente hasta la cancelación total del contrato hipotecario.
Tipo de hipotecas mixtas
Son todas aquellas hipotecas donde existe una especie de combinación entre una hipoteca fija y variable. Sin embargo, realmente parece ser mas una hipoteca variable.
La diferencia está en que una hipoteca variable mantiene una cuota por seis meses y luego varía; en cambio, una hipoteca mixta mantiene la cuota de interés por un año completo y luego varia a un costo más alto o más bajo, dependiendo del tipo de acreedor y su tasa de interés en el mercado.
La ventaja de este tipo de hipoteca, es mantener una cuota fija los primeros años del préstamo, y así prepararse para la variación futura que pueda tener.
Antes de decidirse por una hipoteca es muy importante tener en cuenta los impuestos al comprar una vivienda, pues es algo que no se suele calcular e influye en el monto total a financiar en la hipoteca. Estos impuestos pueden llegar al 10% o incluso más en función de la localidad donde se viva.