El gofio es un alimento a base de cereales tostados, que tiene sus orígenes en lo prehispánicos, cuando los aborígenes de las islas canarias elaboraban distintos tipos de gofio que eran su principal alimento. Cuando los canarios comenzaron a emigrar, la tradición de consumir este alimento se sembró en muchos países de américa latina, en donde hoy se llega a conocer con otros nombres. El gofio llegó a Argentina, a chile, a los Estados Unidos, a Cabo Verde, a la isla de Cuba, a Puerto rico en donde se conoce como un postre, a la República Dominicana, a Venezuela donde hoy la diferencian como fororo o gofio canario y Uruguay.
El gofio o harina de fuerza como también se le conoce, tiene varias etapas en su proceso de elaboración industrial. Primero se comienza con la limpieza del grano, donde se retiran todo lo que no se necesite o afecte el producto, esto lo hacen con una aspiradora de material más ligero que el grano y con un tamiz, por supuesto industrial, que también ejerce presión de aire. El tostado del grano, se realiza en grandes maquinas tostadoras que utilizan el gasoil como combustible y que llegan hasta los doscientos grados centígrados. El cereal debe enfriarse antes de molerse y para ello usan ventilación forzada. Para moler el gofio se utilizan molino hechos de piedras horizontales, este proceso difiere de muchos otros procesos de molturación de otros productos alimenticios. Y como último paso se encuentra en el envasado y almacenado. El gofio se recoge en recipientes hechos de acero inoxidable, en donde se debe encontrar hasta que este vaya a ser envasado. En el molino es transportado a través del aire a presión. Y se envasa en bolsas de plástico y son sellados de manera hermética. En los molinos donde se vende a granel el gofio utilizan cartón para su envasado.